Mientras vivan en esta casa obedecerán las reglas. Cuando tengan su casa obedecerán sus propias reglas. Aquí no gobierna la democracia, no hice campaña electoral para ser su padre: ustedes no votaron por mí. Somos padre e hijos por la gracia de Dios, y yo acepto respetuosamente el privilegio y la responsabilidad. Al aceptarla adquiero la obligación de desempeñar el papel del padre lo mejor posible. No soy su compinche, nuestras edades son muy diferentes. Podemos compartir muchas cosas pero no somos compañeros, pero si amigos. Soy su padre, y eso es cien veces más que un amigo. También soy su amigo, pero estamos en niveles completamente distintos. En esta casa harán lo que yo diga y no deben cuestionarme porque todo lo que yo ordene estará motivado por el amor. Les será difícil comprenderlo hasta que tengan un hijo, mientras tanto confíen en mí. Atte. Su Padre. |