El hombre estaba tras el mostrador, mirando hacia la calle, distraídamente. Una niñita se aproximó al negocio y apretó la naricita contra el vidrio de la vitrina. - "Es para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete bien bonito?". -dijo ella. Sin dudar, sacó de su bolsillo un pañuelo, todo atadito y fue deshaciendo los nudos. Lo colocó sobre el mostrador y dijo feliz: Eran apenas algunas monedas las que exhibía orgullosa. - "¿Sabe?", quiero dar este regalo a mi hermana mayor. Desde que murió nuestra madre, ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella. "Es su cumpleaños y estoy segura que quedará feliz con este collar" El hombre fue para la trastienda, colocó el collar en un estuche, envolvió con un vistoso papel rojo e hizo un trabajado lazo con una cinta verde. - "Tome, dijo a la niña. Llévelo con cuidado". Ella salió feliz, corriendo y saltando calle abajo. Aún no acababa el día, cuando una linda joven entro en el negocio. Colocó sobre el mostrador el ya conocido envoltorio deshecho e indagó: La joven exclamó: El hombre tomó el estuche, rehizo el envoltorio con extremo cariño, colocó la cinta y lo devolvió a la joven y le dijo: Jesus dijo: Y dijo: En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos. Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía. El silencio llenó la pequeña tienda y dos lágrimas rodaron por la faz emocionada de la joven en cuanto sus manos tomaban el pequeño envoltorio. El regalo del AMOR debe darse por entero... sin restricciones. |