Pasa otro año, y como todos los años, tenemos la esperanza de que vendrán tiempos mejores. La esperanza, el único don que quedó atrapado en la caja de Pandora, nos mantiene con el ánimo de luchar para lograr las metas que nos planteamos para el año siguiente. Ojalá y nuestros propósitos para mejorar no se nos olviden en Febrero, habrá que anotarlos en la agenda quizá, ojalá y la motivación del inicio de un nuevo ciclo no se apague en el primer contratiempo que tengamos que enfrentar, ojalá y todos los días fueran año nuevo para poder empezar nuestra jornada con mucho ánimo, energías renovadas y optimismo. Ojalá y la facilidad con la que perdonamos en estos días la conservemos para siempre, ojalá y la sensibilidad de esta época que nos removió el corazón no se acabe nunca, ojalá y no tengamos que esperar la próxima Navidad para darnos a los demás, la gente que nos rodea necesita nuestro cariño y comprensión todo el año, ojalá y encontremos otro pretexto para reunirnos con toda familia con mayor frecuencia, ojalá y todos los hombres comprendamos que el amor y el perdón son la llave para solucionar todos los conflictos entre nosotros. Sería maravilloso que no nos envolviera la monotonía de la vida diaria y supiéramos disfrutar cada momento de nuestra vida porque no sabemos si tendremos la oportunidad de hacerlo después, ojalá y todos, todos tengan un feliz año nuevo. |