A pesar de que todos sabemos que para entrar en contacto con nosotros mismos necesitamos cierto aislamiento que nos permita disponer de soledad y de silencio, que difícil es encontrar esos momentos de quietud. Aunque parezca que solamente los filósofos o monjes tibetanos pueden aspirar a entrar en contacto consigo mismos y meditar respecto a cuestiones fundamentales de la vida, la verdad es que si nos lo proponemos, todos podemos aspirar a esos "reencuentros" en que nos topamos con quienes realmente somos. La excusa de no tener tiempo para meditar es sólo eso, una excusa, ya que prácticamente en cualquier trabajo se dispone de tiempo libre ya sea entre semana o los fines de semana. La sensación de esos "reencuentros" es similar a la que experimentamos al despedir al último invitado a una reunión en casa después de haberla tenido llena de gente. Nos sale del alma un ¡Uff, al fin sólo!... Claro que para disfrutar la soledad es preciso pasarla bien con uno mismo, así como para meditar es necesario tener algo que decirse y que nuestro mundo interior nos parezca atractivo. Quizá las primeras veces que intentemos meditar nos parezca aburrido estar solos, sin hacer nada, pero precisamente esa inactividad es en la que florecen, si tenemos paciencia, las ideas que alimentan nuestro mundo interior. Para algunos será útil pasear, escuchar música, para otros que se distraen con facilidad, será preciso estar encerrado para serenar su espíritu. Lo importante es conocernos para saber qué circunstancias facilitan nuestra actitud meditativa y así poder volcarnos a bucear en nuestro interior para conocernos o redescubrirnos como realmente somos. Obviamente si dedicamos todo nuestro tiempo libre a actividades externas con compañía o viendo televisión, va a ser muy complicado entrar en contacto con nosotros mismos. Lo malo es que muchas veces nos volcamos hacia las actividades externas porque no tenemos nada que decirnos o nos aburre nuestra compañía, pero si no es el caso, por absurdo que parezca, le recomiendo que saque su agenda y haga, al menos una vez a la semana, una cita consigo mismo. |