- Hacen mucho ruido. - El volumen de su voz es alto. - No se cansa de jugar. - Le gusta llamar la atención de papá o mamá. - Pregunta y cuestiona constantemente. - No puede estar sentado mucho tiempo. - Llora ríe muy fuerte. - Se expresa emocionalmente (conocidos como berrinches) - No le gusta dormir solo. ¡Definitivamente es muy feliz! |
Por el bien de tus hijos, sigue estos consejos | Libro: La maestría del amor, 2