El amor es un resorte. Nadie lo ve, nadie lo oye, nadie lo palpa y, sin embargo, arma mi mundo, mueve mi voluntad y llena mi corazón. El amor es un sueño que te cierra los ojos y te abre el alma. El amor es salirse del justo medio y entregarlo todo. El amor es grande, porque no conoce la pobreza de carecer... ¡Todo le sobra! Tener amor es más fácil que una carrera, pero se tiene que ejercer toda la vida. El amor es el único oficio sin sueldo, porque si se pierde, el más perjudicado es uno mismo. El amor no es una planta que se pueda dejar tranquilamente en una maceta, ¡hay que cultivarlo todos los días y, a veces, sacarlo tú mismo de la aridez! El amor del hombre va del cerebro a los sentimientos, de afuera hacia dentro. El de la mujer nace en los sentimientos y luego sube a la razón, de dentro hacia fuera. El amor es un desgaste que nos va consumiendo la vida. Es algo tan poderoso que llega a producir milagros tan increíbles, como "un hijo". Hay amores fáciles para el placer, pero difíciles para el compromiso. Fáciles para la pasión, pero difíciles para el deber. Fáciles para soñarse, pero difíciles para vivirse. El amor es el libro que más enseña, el ala que más vuela, la cruz que menos pesa ¡y el corazón que más emociona!. Amor... Tan mago cuando aparece. Tan esencial cuando se vive. Tan anhelado cuando se necesita. ¡Y tan triste cuando se despide! El amor es el único que resiste la vida en común sin deteriorarse. La presencia continua, sin querer desaparecer. Y las cosas compartidas, sin desear para sí la mejor parte. El amor encuentra lo que nadie ha visto. Conoce lo que nadie cree. Ofrece lo que nadie le exige. Y entrega lo que nadie le pide. El amor no es fuerza de pasión, sino luz de convivencia. No es manipular ni aprovechar, sino prestarse y servir. No tiene archivos para el resentimiento: deja libre el espacio para el olvido. No lo guarda todo para sí; mientras más da, más se reproduce. El amor es tomar en cuenta a otros antes que a uno mismo. Colaboración de Gabriel Núñez de León, Gto., México. |