Cuando Mamá sonríe puede cambiar el estado de ánimo de toda la familia y mejorar su actitud. Está científicamente comprobado que esta gentil muestra de afecto reduce el estrés y ansiedad de los niños y adolescentes, generando confianza y empatía con los extraños. ¿Cuántas veces nos hemos enfrentado a situaciones tristes o penosas y hemos encontrado consuelo en ese rostro para reconfortarnos? Si Mamá sonríe nos hace sentir que todo estará bien. Así que la mejor forma de reconocer y celebrar esa sonrisa diaria es sorprenderla con aquello que le gusta. El regalo no tiene que ser material, puede ser un detalle en la mesa, una palabra bonita o una llamada. Ella se merece todo nuestro amor y respeto. Si algo nos enseña el amor de Mamá es que la sonrisa debe estar presente todos los días. Así que cuando quieras que algo bueno pase, empieza por sonreír. No cuesta nada y ¡vale oro! |