No tenía el tiempo.
Pero saqué tiempo como pude.
No tenía el conocimiento.
Pero nunca paré de buscarlo.
No tenía los recursos.
Pero aprendí a ahorrar y administrar lo poco que tenía.
No tenía el apoyo.
Pero aprendí a confiar en Dios y jamás rendirme.
Tenía mil excusas.
Pero elegí no esconderme detrás de ellas.
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