Quisiera estar segura de haberte enseñado... a disfrutar del amor, a confiar en tu fuerza, a enfrentar tus miedos, a entusiasmarte con la vida; a que pidas ayuda cuando la necesites, a tomar tus propias decisiones, a ser una buena amiga de ti misma.Quisiera estar segura de que aprendiste... a decir o callar según tu conveniencia, a quedarte con el crédito de tus logros, a no estar pendiente de la aprobación de los demás, a no absorber las responsabilidades de otros; a ser consciente de tus sentimientos y a actuar en consecuencia. Quisiera estar segura, hija mía, de que aprendiste... a poner límites, a sostenerlos, a tomar más riesgos, a aceptar cambios, a realizar tus creencias, a ser capaz de llenar primero tu copa y luego la de los demás; a planear tu futuro, pero no vivir en él. Me gustaría, hija mía, que hayas aprendido... a valorar tu intuición, a tomar tus propias decisiones, a hacer de la comprensión y el perdón tus prioridades; a aceptarte como eres, a disfrutar la diferencia entre los sexos, a aprender de los encuentros y los fracasos. Me gustaría, hija mía, que te permitas... ¡reír a carcajadas por la calle, sin ninguna razón! Jorge Bucay; psicodramaturgo, terapeuta gestáltico y escritor argentino. |