En una ocasión, mientras estaba en el supermercado, me llamó la atención una familia compuesta por una joven pareja y dos niños pequeños. El hombre parecía ser obrero en alguna fábrica, ella ama de casa. El carrito del súper era de esos que tienen en la parte frontal la forma de un automóvil y en plástico color rojo con doble volante. Ella elegía algunas frutas y verduras. Dos manzanitas, cuatro zanahorias, tal vez quince limones. Pero lo que más me dio curiosidad eran las risas y el juego que hacían todos los que estábamos ahí al voltear a verlos. Por una portezuela del cochecito bajaba rápidamente un niño, tocaba a papá en la panza, él le respondía con abrazos y besos. El niño entre carcajadas se liberaba del abrazo y su hermana repetía el juego mientras su madre, buscando ofertas, sonreía en silencio al verlos de reojo. Al darme cuenta de la sencillez con la que vestían y las pequeñas cantidades de comida que llevaban, me fue fácil adivinar que tenían poco dinero para gastar. Pero al verlos tan felices, atentos y dedicados a ellos mismos, también adiviné que eso no era tan importante, pues disfrutaban más de su compañía que lo que había en el carrito. En ese momento me di cuenta de que es muy fácil confundir el bienestar con la cantidad de cosas que podemos acumular. La televisión nos muestra en las novelas que nadie se realiza si no logra poseer lujos inimaginables. Nada más lejos de la realidad de esta vida. Nuestras vidas no son novelas y las personas valemos según vivamos dispuestas a dar y recibir felicidad. La publicidad nos enseña que ser feliz es ingerir una bebida refrescante sin preocuparnos por nada ni nadie. Eso se llama euforia y dura lo mismo que la carrera de un caballo. En la carcajada de esos niños y la voz de "monstruo" que hacía su padre, me quedó muy claro que la felicidad es un esfuerzo decidido y pensado que no necesita de un alto presupuesto para ser posible. CONSEJO: La felicidad depende de cada uno de nosotros. Por eso, debes de disfrutar de la compañía y el amor que te dan las personas que te rodean, así te darás cuenta de lo fácil que es ser feliz. TEST ¿Sabes ser feliz? Responde el test y analiza las respuestas. ¡Te será de gran ayuda! 1.- Cuando vas a la tienda y no completas para comprar algo que te gusto, tú... c) Te deprimes porque nunca tendrás dinero. 2.- Para ti, el dinero sirve para... 3.- Cuando tienes más dinero de lo habitual, tú... 4.- Cuando pierdes dinero, tú... 5.- Casi todas tus compras son de... RESULTADOS: Mayoría de b: Pudieras empezar a tener problemas porque le estás dando mucho poder a las cosas materiales, especialmente al dinero. Mayoría de c: Necesitas darte el tiempo para que coloques cada cosa en su lugar. La felicidad no está en las cosas, la llevas dentro de ti. Déjala salir con las cosas sencillas de la vida y disfruta tu libertad cuando rompas tu cárcel material. Acuérdate que lo que das, recibirás. Autor: Elsa de Hoyos, comunicóloga especializada en Relacioens Públicas. Actualmente se desempeña como redactora y traductora. |