Lealtad es el respeto a mis convicciones, es la más sublime expresión de nuestro ser, es cuando se lucha sin tregua alguna por ser congruente con el propio existir. Lealtad es mantenerse de pie en la tormenta, con nuestras creencias a la muerte desafiar y ante la seducción de la riqueza a nuestros ideales jamás abdicar. Lealtad es la actitud de entregar la vida por un ideal que nos exige, sin reclamos ni recompensas, sin limitación alguna nuestro esfuerzo entregar, sino por la propia convicción poder en paz morir. Lealtad es ser quien tienes que ser aún sin testigos, e incluso en la oscuridad cuando nada te obliga más que el respeto por ti mismo, fiel contigo puedes vivir. Lealtad es luchar en la mitad de la tormenta hombro con hombro junto al ser que se ama, y acariciarle suavemente en el amanecer y sin reclamo alguno entregarle lo mejor de mi ser. Lealtad es aceptación de lo que tú eres, es renunciar al interés personal y sin restricción alguna atreverse día a día a dar la vida por ser parte de ti. Lealtad es acompañar a quien se ama en sus dudas y en sus aciertos, es tener contigo un diálogo en silencio y escucharte cuando tú mismo no te puedes comprender; es perdonarte aun cuando no logre del todo entenderte y es, a pesar de creer tener la razón, simplemente aceptar tu sentir. Lealtad es comprometer mi vida por realizar un imposible y con auto respeto vivir; lealtad es el camino a la grandeza de aquellos que se atrevieron a ser fieles a la misión que Dios les encomendó cumplir. Miguel Ángel Cornejo. Colaboración de Naylé de Alicante España. |