Padre nuestro que aquí te encuentras santifica nuestras actitudes para que podamos santificar tu nombre. Venga hacia nosotros tu riqueza interior y tu ejemplo de bondad. Que tu voluntad, sea la nuestra y que sepamos valorar a nuestro hermano, independiente de su color y situación económica. Que el pan nuestro de cada día, sea compartido en tantas partes sean necesarias, para que podamos alimentar a nuestro hermano más hambriento y falto de atención. Perdona nuestras flaquezas, y las tantas veces en que la vanidad gritó más alto que la espiritualidad. No permitas que yo continúe presa y sumisa a los valores materiales y llévanos a la construcción de un nuevo mundo, donde el amor sea la única bandera. Que yo sepa entender que la cruz que en mis hombros pesa tanto, es el precio de mi aprendizaje, y que todas las veces que yo mire a mí alrededor y no te encuentre, es que tú me cargas en tu cuello sin yo darme cuenta. Que yo no te culpe por mi sufrimiento, o por la insatisfacción, y que yo aprenda a encontrar un camino de luz y verdad en todas las preguntas e indecisiones. Líbrame del egoísmo, la falta de perdón y de solidaridad, que me impide ser mejor. Cúbreme con tu manto para que yo pueda ser siempre un ejemplo de bondad y un camino de luz. Colaboración de Nayezi de Alicante España. |