Una noche la gente vio a Rabiya buscando algo en la calle. Frente a su choza se congregaron muchos vecinos que vieron a la vieja mujer, y le dijeron: - "¿Qué pasa? ¿Qué estás buscando?"Ella dijo: - "Perdí mi aguja". Y entonces comenzaron a ayudarla. Después a alguien se le ocurrió preguntar: - "Rabiya, la calle es grande y está cayendo la noche, dentro de poco no habrá más luz y una aguja es algo tan pequeño... ¿nos podrías decir exactamente dónde cayó?" Rabiya dijo: - "La aguja cayó adentro de mi choza". Entonces los vecinos dijeron: - "Te volviste loca; si la aguja cayó adentro de tu casa ¿por qué estás buscando aquí?". Y ella contestó: - "Porque aquí hay luz y adentro de la casa no hay luz". Alguien dijo: - "Aún si aquí hay luz ¿cómo vamos a encontrar una aguja si no es aquí donde se perdió? Lo correcto sería llevar la luz dentro de la casa, para que puedas encontrar la aguja". Y Rabiya rió: - "Ustedes son tan inteligentes para éstas pequeñas cosas. ¿Cuándo van a usar vuestra inteligencia para la búsqueda de la vida interior? He visto a todos vosotros buscar por afuera y sé perfectamente bien, lo sé por mi propia experiencia, que lo que ustedes están buscando se perdió adentro. ¡Usen vuestra inteligencia! ¿Por qué están buscando la dicha en la vida exterior? ¿La han perdido allí?" Se quedaron pasmados y Rabiya desapareció dentro de su casa. Sufis: El Pueblo del Sendero. Vol. 1, pp. 283-285 |