Yo estaba furioso con mi amigo, exprese mi furia, mi furia se agotó. Yo estaba furioso con mi enemigo, no lo exprese, mi furia creció. Y la regué con temores, noche y mañana con mis lágrimas; y la asolee con sonrisas, y con tontos ardides engañosos. Y creció tanto de día como de noche, hasta mostrar una manzana brillante. Y mi enemigo la contemplo brillar, y él sabía que era mía. Y a mi jardín entro furtivo, cuando la noche había ocultado el poste; en la mañana alegre veo a mi amigo extendido sobre mi árbol. William Blake.
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