ESTA FLOR SE LLAMA DE SANTA LUCIA. SUS PETALOS SON AZULES COMO LOS OJOS DE CIERVA de esa amable doncella siciliana. La flor de Santa Lucía se abre con la primera claridad del día y se cierra con el presentimiento de la noche. Dicen que a veces la flor despierta al fulgor de la luna llena. Entonces abre su corola en medio de la noche, igual que se abre el corazón de una mujer cuando le da en el pecho la luz de un almo amor. Ahora tengo sobre mi mesa un búcaro con flores de Santa Lucía. El ramillete de azules ojos pone en la habitación su plenilunio. Yo lo miro; voy luego a la ventana y miro el cielo. Y es el cielo una gran flor de Santa Lucía, y son las flores un pequeño resumen de lo celestial. ¿Serán todas las cosas una misma cosa? No lo sé. Esa sabiduría pertenece sólo al cielo y a la flor. Colaboración de Mario Pablo Vásquez de México, D.F. |