Alguien con intención de ofender le dice a otro: - Usted se parece a un perro que yo tengo. Quien tiene una autoestima alta es difícil de ofender. Para que tú me puedas ofender, tienes que contar conmigo… Para que tú me puedas odiar depende de mí, no de ti. El amor que tú me brindas está en mí, no en ti. El problema no es que tú me digas que me parezco a un perro. El problema es que yo me sienta y crea que soy un perro. De ti depende decirme cosas... Pero de mi depende el creerlas. Tú no puedes sentir por mí. Ricardo Bulmez, Colaboración de Reina Guadalupe Avendaño Abarca. |