Oh señor, tú que nos diste este planeta, y no hemos sabido cuidarlo. Que diéramos algunos para amarlo y quererlo como tú quisieras. Vendrán generaciones a tratar de salvarlo, pero ¿por qué no nos ponemos ahora en este instante los adultos a cuidar a especies en extinción y ya no crear contaminación? En vez de crear armas tan eficaces para eliminar... ¡al enemigo!, ¡a nosotros mismos la raza humana! Esas personas deberían valorizarse y preguntarse a sí mismo ¿a esto vine al mundo Dios mío? Pensemos en los niños que son los que van a sufrir, si este planeta llegamos a destruir. Tampoco no hay que ser tan pesimistas con decir que pronto nos lo acabaremos, pero debemos de pensar a futuro que será de este planeta si no lo hacemos seguro. Oh Dios, que mal estamos haciendo con esta obra maestra que a futuro tal vez no podrá ser reconstruida, pero como está escrito al principio esto es... ¡UN SIMPLE COMENTARIO! Colaboración de Marco Antonio Almaza Mendoza de Monterrey, N.L., México. |