Mi mamá tenía muchos problemas. No dormía y se sentía agotada. Era irritable, gruñona y amargada. Siempre estaba enferma, hasta que un día, de pronto, ella cambió. La situación estaba igual, pero ella era distinta. Cierto día, mi papá le dijo: Mi mamá le contestó: Mi hermano le dijo: Mi mamá le contestó: Mi hermana le dijo: Mi mamá le contestó: Su nuera le dijo: Mi mamá le contestó: Todos en casa de mi mamá nos reunimos preocupados al ver estas reacciones. Sospechábamos que hubiese ido al médico y que le recetara unas pastillas de "me importa un carajo de 1000 mg" Seguramente también estaría ingiriendo una sobredosis. Propusimos entonces hacerle una "intervención" a mi mamá para alejarla de cualquier posible adicción que tuviera hacia algún medicamento anti-berrinches, pero cuál no fue la sorpresa, cuando todos nos reunimos en torno a ella y mi mamá nos explicó: "Me tomó mucho tiempo darme cuenta de que cada quien es responsable de su vida, me tomó años descubrir que mi angustia, mi mortificación, mi depresión, mi coraje, mi insomnio y mi estrés, no resolvían sus problemas sino que agravaban los míos. Yo no soy responsable de las acciones de los demás, pero sí soy responsable de las reacciones que yo exprese ante eso. Por lo tanto, llegué a la conclusión de que mi deber para conmigo misma, es mantener la calma y dejar que cada quien resuelva lo que le corresponde. He tomado cursos de yoga, de meditación, de milagros, de desarrollo humano, de higiene mental, de vibración y de programación neurolingüística, y en todos ellos, encontré un común denominador: finalmente todos conducen al mismo punto. Y, es que yo solo puedo tener injerencia sobre mí misma, ustedes tienen todos los recursos necesarios para resolver sus propias vidas. Yo solo podré darles mi consejo si acaso me lo piden y, de ustedes depende seguirlo o no. Así que, de hoy en adelante, yo dejo de ser: el receptáculo de sus responsabilidades, el costal de sus culpas, la lavandera de sus remordimientos, la abogada de sus faltas, el muro de sus lamentos, la depositaria de sus deberes, quien resuelve sus problemas ó su llanta de repuesto para cumplir sus responsabilidades. A partir de ahora, los declaro a todos adultos independientes y autosuficientes." Todos en casa de mi mamá se quedaron mudos. Desde ese día la familia comenzó a funcionar mejor, porque todos en la casa saben exactamente lo que les corresponde hacer. Autor: |