Muchos son los que tratan de encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados sin entender que el triunfo es simplemente el resultado de nuestro crecimiento interno y que éste requiere tiempo. Si sabes acerca de la siembra, sabrás que tú no pones la semilla, riegas el agua y luego te sientas a esperar para recoger el fruto. Todo en un mismo día. Aquel que cultiva la tierra, tampoco se para frente a la semilla y grita con toda su fuerza: ¡vamos, crece! ¡Vamos, crece! ¡Crece! Para aquellos que no tienen ninguna idea acerca del cultivo de la tierra déjenme decirles algo, el gritarle a la semilla es una forma poco eficaz de cultivar la tierra. Hay que abonar la tierra, sembrar buena semilla, regar la tierra regularmente, aunque muchas veces parezca que nada está sucediendo. No podemos renunciar. Es triste ver cuántas personas renuncian cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Sin embargo, el éxito sólo llega a aquellos que perseveran y saben esperar. Cuántos de nosotros, a veces impacientemente nos encontramos diciendo ¡crece, vamos, crece! en nuestras propias vidas. Muchas veces sin tan siquiera haber puesto la semilla en la tierra o haber abonado la tierra o haberla regado. Es necesario comprender que absolutamente nada que valga la pena sucede de la noche a la mañana. Sí, el éxito requiere tiempo. Hay algo curioso que sucede con el bambú japonés. Cuando pones la semilla, la abonas y la riegas constantemente ves que en los primeros meses no sucede nada apreciable. Es más, durante el primer año no sucede nada. Durante el segundo año o el tercero. Es más, durante los primeros siete años no pasa absolutamente nada con esa semilla. Sin embargo durante el séptimo año en un período de seis semanas esta planta de bambú crece más de 30 metros. Ahora la pregunta es ¿tomó esta planta sólo seis semanas para crecer? ¿O tomó siete años y seis semanas? ¿Ustedes que creen? Bueno, la verdad es que tomó siete años de aparente inactividad este bambú estaba desarrollando un sistema complejo de raíces que pudiera sostener el crecimiento masivo que iba a experimentar. De igual manera es necesario entender que muchas veces estaremos en situaciones donde creemos que nada está sucediendo y esto puede ser frustrante. Sin embargo es necesario entender que durante esos momentos algo está sucediendo y ese algo es que estás madurando, que estás creando los hábitos y el temple que permitirá sostener el éxito cuando éste finalmente se materialice. El triunfo no es más que el resultado de un proceso, un proceso que toma tiempo y dedicación, un proceso que exige aprender nuevos hábitos y la destrucción de otros, un proceso que exige cambios. Desconozco el autor. |