El camino al éxito no es recto. Hay una curva llamada falla, un periférico llamado confusión, topes llamados amigos, luces de precaución llamada familia, y tendrás pinchaduras llamados trabajos. Pero, si tienes una refacción llamada determinación, un motor llamado perseverancia, un seguro llamado fe, un conductor llamado Jesús, llegarás a un sitio llamado ¡éxito! Colaboración de Fausto Serrano. |