Hay dos formas de ver la vida, de manera positiva o de manera negativa. Tú eliges. Hay que agradecer a Dios, por todo lo que tengo que limpiar después de la fiesta, porque significa que estoy rodeado de familiares y amigos. Por los impuestos que pago, porque quiere decir que tengo empleo. Por la ropa que me aprieta un poco, porque significa que como lo suficiente. Por la sombra que me vigila trabajando, porque significa que tengo luz del sol. Por el patio que tengo que limpiar y arreglar, las ventanas que tengo que limpiar y las goteras que tengo que reparar porque significa que tengo un hogar. Por todas las quejas que escucho acerca de mi gobierno, pues significa que tenemos libertad de palabra. Por el espacio más lejano que encuentro en el estacionamiento, porque significa que soy capaz de caminar. Por la viejita que canta desentonada detrás mío en misa, porque significa que puedo oír. Por los cerros de ropa que tengo que lavar y planchar, pues significa que tengo con qué vestirme a diario. Por el cansancio y dolores musculares que tengo al final del día, pues significa que estuve muy productivo. Por el despertador que suena a diario muy temprano en la mañana, pues significa que estoy vivo. Por el mal recuerdo en mi mente de aquél accidente, pues significa que aún conservo mi vida, mi memoria y mi razón. Por los celos producto de perder a esa persona, pues significa que tengo a alguien a quien amar y que me ama. Por aquellos sueños que no se han cumplido, pues significa que aún tengo ilusiones. |