La libertad no es fácilmente perceptible; más bien se ve la falta de libertad. Este hecho elemental tiene una consecuencia que va mucho más lejos: la propensión a una interpretación negativa de la libertad, como ausencia de trabas, coacciones o presiones. La libertad concreta no consiste, claro es, en la ausencia de constricción, sino en la posibilidad real de proyectar y realizar la vida así proyectada; su primera condición es, pues, la imaginación; cuanto menor es esta, menor es el ámbito de la libertad. El caso límite es, naturalmente, el animal; aunque no pese sobre él la menor presión exterior, su mínima fantasía anula sus posibilidades de libertad. En segundo lugar, la libertad requiere para su desarrollo un cierto grado de complejidad de la convivencia. Robinson Crusoe tenía una libertad absoluta, en el sentido de ausencia de presión o coacción social; pero el ámbito de su libertad real era extremadamente reducido. El tercer aspecto condicionante de la libertad es la existencia de recursos suficientes. Por lo pronto, en la sociedad; más concreto, a disposición de cada individuo. Por eso, la libertad, sean cualesquiera sus demás posibilidades, está amenazada y restringida por todas las formas de primitivismo. La simplicidad de la articulación social, por ejemplo, hace que sean muy pocos los modelos accesibles a cada individuo entre los que pudiera elegir, la escasez de medios técnicos restringe la libertad: de viajar, de alimentarse, de realizar experiencias de todo orden; la estrechez económica reduce el radio de acción de cada individuo y elimina de su horizonte un sinnúmero de posibilidades, que están "ahí", a saber, en la sociedad general, pero que no son efectivamente al hombre concreto, es decir, no son posibilidades suyas. Por último, la abundancia de recursos, que inicialmente amplia el horizonte, puede llegar a reclamar ella misma una atención que antes se dirigía a los proyectos, y provoca así una retracción de estos. El hombre muy pobre no puede hacer casi nada; pero el hombre muy rico apenas puede hacer más que una cosa: cuidar de su riqueza; este ejemplo basta para comprender lo que quiero decir. |