Cuenta una vieja historia que un hombre quería encontrar agua. Necesitaba encontrar agua para su campo y para uso familiar. Así que, armado de un pico y una pala, comenzó a cavar un pozo esperando encontrar agua. Pasó días y días cavando y cavando sin encontrar una sola gota de agua cuando un desconocido que pasaba por su propiedad le dijo: - ¿Busca agua, ¿por qué no prueba allí cerca del árbol? Es un árbol frondoso y verde y probablemente encontrara agua más fácilmente. Nuestro protagonista le hizo caso y se puso a cavar otro pozo donde le había indicado el desconocido. Al cabo de una semana de duro trabajo, tampoco había encontrado agua y continuo cavando y cavando. Mientras estaba en la tarea un grupo de personas a caballo se detuvo cerca de su casa y fue a recibirlos. Cuando le vieron tan sudoroso, le preguntaron qué estaba haciendo y dijo: - Estoy cavando un pozo para sacar agua y no tener que ir cada día hasta el rio que está muy lejos. - Pues no es el lugar adecuado -dijo el que parecía el jefe del grupo- tendrías que ir detrás de la casa, cerca de la roca..." Y nada más se fueron, nuestro amigo se dirigió a la puerta trasera de su vivienda, con su pico y su pala. Al cabo de varios días de cavar y cavar no había encontrado ni una gota. De pronto escucho que lo llamaban por su nombre. Era un buen amigo que lo visitaba y venía acompañado por un anciano. - Me entere que querías hacer un pozo y pensé que te interesaría conocer a un gran especialista que es el anciano que me acompaña. Nuestro protagonista les mostro, con cierto orgullo, los tres pozos que había cavado. El anciano sonrió y le dijo: - "Si realmente quieres encontrar agua, vas por el camino equivocado" Ante la idea de tener que cavar un cuarto pozo, nuestro protagonista se enfado, interrumpió lo que estaba por decirle el anciano, y sin ningún tipo de contemplación echo a su amigo y al especialista de sus propiedades. En el camino de regreso, el especialista le comentaba a su apenado amigo. - No te preocupes, no es la primera vez que me encuentro con un caso así. Por el tipo de terreno en que está emplazado su jardín debe haber agua entre quince y veinte metros. Tu amigo ha cavado tres pozos de diez o doce metros. Solo que hubiese perseverado un poquito más en cualquiera de ellos, en este momento tendría agua.
Conclusión: Error 2. No creer en sí mismo y hacer caso al primero que pasa. Error 3. Enfurecerse cuando no le salen bien las cosas y, en lugar de intentarlo de nuevo, proyecta su fracaso sobre alguien o algo exterior que no es el mismo. Consejo: Sea lo que sea lo que haya emprendido, persevere, vaya hasta el final, no se deje desalentar por los consejos o las dudas de los demás. Y si se equivoca, no le eche las culpas a nadie. ¡Aprenda de sus errores!
|