En un salón de clases, la maestra iba a explicar la teoría de la evolución a los niños. Le preguntó a uno de los estudiantes: - Tomás, ¿ves los árboles afuera? Entonces, envió a Tomás a fuera y le dijo que mirara hacia arriba para ver si veía el cielo. Tomás entró y dijo: La maestra, mirando a los demás niños del salón, dijo: - A eso es a lo que me refiero. Tomás no pudo ver a Dios porque no está allí. Sencillamente Dios no existe. En esos momentos una de las niñas se levantó y pidió permiso a la maestra para hacerle unas preguntas a Tomás. La maestra accedió. - Tomás, ¿ves la rama allá afuera? La niña, dirigiéndose a sus compañeros dijo: - Niños, entonces y de acuerdo a lo que hemos aprendido hoy, ¡la maestra no tiene cerebro! Recuerden que no siempre es necesario ver para creer. Bienaventurados los que creyeron sin ver los milagros de Dios.... "LA FELICIDAD ES UN TRAYECTO, NO UN DESTINO". Colaboración de Roberto Camacho. |