1.- Entra sonriendo, demuestra que eres feliz, que deseas estar en esa clase, sonríe, sonríe, sonríe, "Estas vivo, haces el trabajo que amas ¿puedes pedir más?". 2.- Aprende a bromear y a reírte de ti mismo, no hay mejor terapia en clase que el buen humor, y nos ayuda a conectar emocionalmente con nuestros alumnos. 3.- Crea expectativa, vende tu producto, que estén ansiosos por qué empieces con la clase, mejorarás la predisposición frente al aprendizaje. 4.- Convierte a tus alumnos/as en los verdaderos protagonistas de la clase, la gratitud es una muy buena compañera para enseñar y para aprender. 5.- Intercambia los papeles, deja que tus alumnos sean participes integrales de la clase, ellos/as se sentirán importantes y optimará el ambiente en clase. 6.- Se imaginativo, crea situaciones inesperadas, un gesto o un movimiento inesperado, descolocan al alumno y al mismo tiempo consigues arrancarle una sonrisa de complicidad. 7.- Comparte y da cosas que sean tuyas, un simple pañuelo de papel o un lápiz, lo verán como algo que tiene mucho valor y que tienes confianza en ellos. 8.- Aprende de tus alumnos/as no olvides que es una relación de "Feedback". Hazles sentir importantes, que sepan que ellos y ellas también tienen algo que decirte. 9.- Cuenta una anécdota si es personal mucho mejor. Las anécdotas, como las historias, tienen un enorme poder de seducción para los alumnos. 10.- Finaliza la clase con un vídeo o con una actividad lúdica, es una excelente forma de decirles a tus alumnos que han hecho un buen trabajo en la sesión. |
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